
Sobre Mi nombre es Harvey Milk (2008), de Gus Van Sant.
Hacía ya un tiempo que no me sentía emocionada e impresionada por un filme; tal vez desde Expiación, Deseo y Pecado (Atonement, de Joe Wright, 2007) no tenía la certeza de estar ante una película bien hecha, pero sobre todo, conmovedora. Porque en estos días he visto muchas muy bien hechecitas, pero que me dejaron fría fría.
No sé si fue el viernes por la noche, no sé si fue que no esperaba lo que los fans de Van Sant suelen esperar, tal vez sucede que estoy demasiado relacionada con el tema de esta película, pero lo cierto es que Mi nombre es Harvey Milk (Milk, de Gus Van Sant, 2008) me inquietó tanto como el discurso de Obama en Chicago al conocer su victoria.