2 de octubre de 2011

No tengo prejuicios


No tengo prejuicios con las series de televisión, tal vez sí con el cine. Pero con las series voy casi siempre a ciegas, sin guiarme apenas por una foto o un reparto de protagonistas, a veces esquivo los trailers y tengo como norma constatarme yo misma de sus calidades o cualidades para hacer que yo las vea. Un prejuicio es eso: un juicio a priori, algo en lo que uno se fija antes e influye más o menos en el juicio que finalmente se hace después de ver y conocer las cosas. Pues yo trato, con las series de televisión, de no fijarme en algunos detalles porque a veces lo maravilloso viene vestido de una forma distinta a como lo esperamos.

Cuando veo una serie, no me fijo si es una serie de acción, ciencia ficción, drama o comedia porque me ha pasado mucho que las mejores reflexiones sobre los sentimientos, los llantos o las más escandalosas risas han provenido de todos los géneros y, a menudo, del que no corresponde.